No, si veras tú como....

lunes, 8 de agosto de 2016

Sermones laicos

La radio me ha hecho compañía desde siempre. Suena a viejuno, pero es totalmente cierto. Ha estado conmigo cada vez que he residido fuera de España y me ha hecho sentir como en casa. Eso no significa que todo lo que sale por las ondas sea merecedor de loas y parabienes. Me explico.

Con el período veraniego, los programas radiofónicos cambian de voces y los nuevos conductores proponen nuevas secciones. Uno de ellos ha tenido a bien invitar a un psicólogo para que hable de cómo sentirnos mejor (así a granel, sin matices). A priori me sonó a buena idea y le puse toda mi atención. Pasaron pocos minutos para que me sintiera decepcionado.

El señor con tono de párroco enrollado, proponía que fuéramos felices. Grande el aplauso!! ¿Cómo no se nos había ocurrido antes? Ustedes con sus vidas mediocres y resulta que había algo que podían hacer para sentirse mejor y no lo estaban poniendo en práctica! Hay qué ver como son eh? Qué les gusta un sufrir para sentirse el centro de atención. El señor continuaba proponiendo  que nos lo tomáramos todo de forma positiva. El argumento, brillante disquisición intelectual sin duda, posee una profundidad teórica incuestionable. Ahonda en matices y en sí mismo propone unos dilemas que confrontan los esquemas mentales, sociales e incluso morales de todo aquel que lo lea. “Piense en positivo”. Señor psicólogo radiofónico, usted es gilipollas.

En su discurso y ante las preguntas del periodista seguía insistiendo en que TODO nos lo podemos tomar de forma positiva sea lo que sea. Sinceramente he visto dedicatorias en las solapas de las carpetas del cole con más calado.

Un par de semanas después el sermón del señor giró en torno al mundo laboral. La genialidad del artista de la charlatanería proponía que si un día no nos encontrábamos bien en el trabajo, sencillamente nos fuéramos a hacer algo que realmente nos apeteciera, porque no iba a ocurrir nada. Sin duda tal aseveración proviene de una persona curtida en el mundo laboral conocedora de sus características y que necesita pagar todas las facturas a final de mes. Caballero usted debe de ser tonto honorífico.

La cuestión, es no hacer nada, sino repetirse un mantra, una frasecita mental que hará que todo cambie (“piense en positivo”) o bien en llevar a cabo una acción excéntrica desapegada de las prácticas sociales y que además nos acarrearía consecuencias jurídicas (váyase de su trabajo si no está bien un día, no importa que sea neurocirujano y tenga al paciente con el cerebro abierto en canal, el que importa es usted”)
 La verdad es que hay auténticos genios.

Hoy no voy a hacer la crítica a estos métodos que proponen recetas mágicas y que para mi gusto no hacen nada más que decir obviedades aplicables a cualquiera y carentes de finalidad terapéutica alguna (ese ansiado artículo llegará algún día, lo prometo). Expongo este caso como muestra de algo que no se sostiene por si mismo. Hablo de uno de tantos charlatanes que han montado su negocio en base a las necesidades de la gente, en torno a una idea que por cierto funciona como un monolito. Una idea que es difícilmente rebatible ya que supone una verdad. “Sea feliz” Punto.

Las cosas en la vida, se consiguen trabajando, modificando puntos de vistas e introduciendo nuevas formas de actuar. Si no, estaremos rezando, repitiendo un salmo “sea feliz, piense en positivo” para que alguna deidad laica lo recoja y haga el trabajo por nosotros.

Ya lo he dicho

Sean felices ;)


1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con lo de trabajar pero no completamente. Hay gente que no se lo ha ganado más que otros y consigue lo que quiere o incluso es un patán (incompetente) y sin embargo llega lejos en el organigrama de una empresa. Estas cuestiones son de difícil entendimiento, por no decir que la vida es injusta porque no comprendemos por qué ocurren ciertas cosas. Estoy por pensar que somos el cielo y el infierno al que mandan a los muertos de un mundo más justo.
    Por otra parte, no me parece realista lo que dice este contertulio. Este hombre habla de personas sin capacidad de discernimiento, es decir, no podemos identificar lo malo que nos ocurre (o lo que no nos gusta) porque nos tomamos todo de forma positiva sin analizar lo negativo. Eso no es creíble y programarnos de esa forma me parece fútil pues podríamos acabar obviando quienes somos.
    Sí creo, sin embargo, que un esfuerzo por intentar contrarrestar los efectos de una visión negativa continua olvidándose de los aspectos positivos de nuestras vidas es muy beneficioso. En resumen, mantenerse apegados a la realidad o como decía mi casero irlandés cuando vimos el tercer partido de España en la Eurocopa 2008, jugando así ganaréis al final. Efectivamente, al final ganamos.

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